En el universo de la WWE, las rivalidades son el corazón que late fuerte en el cuadrilátero, pero no todas han llegado a un clímax satisfactorio. Algunas, a pesar de su potencial, han terminado en notas desafinadas que dejaron a los aficionados rascándose la cabeza. Hoy vamos a explorar una de las rivalidades más decepcionantes en la historia de la WWE, una que muchos consideran que tuvo el peor final: la enemistad entre Triple H y Randy Orton. Un enfrentamiento que prometía fuegos artificiales, pero que se extinguió con un susurro en lugar de un estruendo. ¿Te atreves a seguir adelante y descubrir por qué esta historia es un ejemplo perfecto de un desenlace fallido? Vamos a ello.
La Rivalidad: Un Encuentro de Titanes
Todo comenzó en 2004, en la cúspide de la Era de la Insurrección. Randy Orton, el joven prodigio de la tercera generación, era el nuevo campeón mundial y, tras traicionar a Evolution, se enfrentaba a su antiguo mentor: Triple H. La química entre ambos era indiscutible, y el público estaba ansioso por ver cómo se desarrollaría esta historia de traición y venganza. A lo largo de varios meses, ambos superestrellas se lanzaron ataques verbales y físicos, construyendo una plataforma sólida para un gran enfrentamiento. Pero, como veremos, las expectativas pueden ser a menudo un enemigo desleal.
El Momento Clave: Bad Blood 2004
El clímax de esta rivalidad se produjo en el evento Bad Blood 2004, donde se enfrentaron en un combate que prometía ser memorable. La tensión estaba en el aire y los aficionados llenaban el estadio con una energía electrizante. Durante el combate, Orton logró retener su título, pero el giro final dejó a todo el mundo confundido. La victoria fue un respiro, pero el desenlace del feud se arrastró hasta la siguiente semana, cuando la WWE optó por una resolución que pasó desapercibida.
Desenlace Insípido: La Decisión de la WWE
Mucho se ha hablado sobre el desenlace de esta rivalidad, y lo cierto es que la decisión de la WWE fue tan controvertida como inesperada. Markando una pauta que sería recordada por el descontento de los fans, se decidió que el siguiente capítulo no tendría el gran enfrentamiento cargado de dramatismo que todos esperaban. En lugar de ofrecer un combate explosivo, el desenlace se resolvió de manera abrupta, con intervención de otros luchadores y un caos que, lejos de aportar emoción, alejó a los espectadores. El resultado fue un gran anti-clímax.
Las Consecuencias: Un Legado Olvidado
Después de este final decepcionante, la rivalidad fue gradualmente olvidada. Aunque la WWE intentó revivir la chispa en varias ocasiones, el daño ya estaba hecho. Randy Orton y Triple H continuaron con sus carreras individuales, pero la historia compartida nunca volvió a alcanzar el mismo nivel de atención. El legado de este enfrentamiento se convirtió en un ejemplo de cómo una rivalidad puede desvanecerse antes de cumplir su verdadero potencial.
¿Por qué es el peor final en WWE?
En conclusión, la rivalidad entre Triple H y Randy Orton es un recordatorio de que incluso los mejores guiones pueden fallar si no se ejecutan adecuadamente. En el mundo de la WWE, donde la narrativa es igual de importante que el combate mismo, las historias que prometen mucho y entregan poco son rápidamente señaladas por los aficionados. La historia de Orton y Triple H será recordada no solo por lo que hizo, sino por lo que no logró hacer. ¿Qué opinas de esta rivalidad? ¿Crees que hay otras que merecen más atención por su decepcionante desenlace? ¡Déjanos tu opinión en los comentarios!
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Aficionado al Jiu-Jitsu y MMA.